Robert G. Crowder. Psicología de la lectura (1982): página 20

Aspectos generales de los movimientos oculares

Continuaremos ahora examinando la lectura desde el punto de vista de lo que hacen los ojos. La tabla 2.1 proporciona información descriptiva de los movimientos oculares de niños y adultos de diversos niveles escolares. Estas observaciones proceden de un importante estudio de Taylor, Franckenpohl y Pettee (1970), en el que tomaron parte 12.143 lectores jóvenes y 39 especialistas en lectura. Los lectores, divididos cuidadosamente según factores educativos, geográficos y sociológicos, utilizaron en todos los casos materiales de un nivel de dificultad «medio» (textos de dificultad media para estudiantes normales que estaban a mitad de curso) con un 70 por 100 de comprensión.

Se observa en la tabla que, a medida que los lectores se desarrollan, algunos de los datos varían considerablemente y otros lo hacen muy poco. Por ejemplo, los que están empezando a leer realizan tres fijaciones por segundo, aproximadamente, mientras que los estudiantes universitarios realizan cuatro. El tiempo empleado en una fijación varía sólo de 0,33 segundos, aproximadamente, a 0,25 segundos, lo que no es mucho si tenemos en cuenta que la lectura de un estudiante universitario es mucho mejor en otros aspectos. (A propósito, el tiempo empleado durante la saccade es muy corto, sólo un 6 por 100 aproximadamente del tiempo total, según ciertos cálculos, por lo que podemos prescindir del mismo en este cómputo general.)

Tabla 2.1. Datos generales sobre movimientos oculares

Nota: Tomado de Taylos et al. (1960).

Los cambios en el número de fijaciones son otra cosa (véase la tercera columna de la tabla): en la edad más temprana se requieren 183 fijaciones para un párrafo de 100 palabras, cuando sólo son necesarias 75 en el nivel universitario. El número de saccades regresivas, que son movimientos oculares hacia atrás, de derecha a izquierda, también varía considerablemente (columna 2). Sin embargo, el porcentaje de todos los movimientos regresivos (columna 4) permanece constante en, aproximadamente, un 20 por 100 en todas las edades.

En la lectura es importante el número de palabras que se ve en una fijación. Se puede calcular por medio de una simple división. Si los lectores más jóvenes necesitan 183 fijaciones para leer 100 palabras, tienen que captar 0,55 (100/183) palabras en cada una de ellas. Del mismo modo llegamos a la conclusión de que los adultos captan 1,33 (75/100) palabras en cada fijación. Transformando estas cifras en índices de lectura de palabras por minuto (última columna), se observa que los adultos leen, por término medio, a una velocidad de 300 palabras por minuto.

Las descripciones generales de la Tabla 2.1 no representan, por supuesto, a todos los lectores o todo el material de lectura. El sentido común nos indica que las cifras serían diferentes en la lectura de poesía, de una novela divertida o un texto de microbiología.

Agudeza visual y espacio entre fijaciones.

Los datos de la Tabla 2.1 muestran que los adultos captan 1,33 palabras en cada fijación. La Figura 2.1 nos da una idea de la información claramente disponible en cada fijación. Muestra la relación entre nuestra capacidad de decir una letra que aparece brevemente en una pantalla y la distancia a la que aparece la letra «del centro» con respecto a donde estamos mirando.

En primer lugar, tenemos que tener en cuenta que un espacio de 1,33 palabras significa que las fijaciones sucesivas se apartan, aproximadamente, 2 grados del ángulo visual. (El tamaño de un objetivo visual tiene que medirse en grados más que en unidades reales, como por ejemplo, centímetros. Dos objetos entre los que existe un centímetro de separación se pueden ver fácilmente, si están cerca del observador, pero habría que separarlos si estuvieran a varios metros del mismo.) En términos de matrices de letras, incluyendo los espacios entre las palabras, esta separación de dos grados corresponde aproximadamente a ocho matrices. Los datos que aparecen en la Figura 2.1 muestran que la claridad de las letras, que se mide por la identificación positiva de las mismas, disminuye rápidamente a medida que las letras se separan del punto de fijación. Esto se debe a la estructura de la retina, que contiene muchos receptores, comprimidos en una pequeña zona de unos 2 grados llamada fóvea. Cuanto más densas son las células de la retina, más agudamente puede apreciar los detalles el sistema visual. (Si no se comprende todo esto, rogamos que se consulte una introducción al sistema visual en cualquier libro de psicología.)

Si entre cada nueva fijación y la anterior hay unos 2 grados, las letras de una palabra estarán más o menos disponibles de modo inmediato para el sistema. Probablemente no se trata de una coincidencia afortunada, ya que se puede deducir que la separación entre fijaciones se orienta por la necesidad de leer con claridad la mayor parte de lo escrito en una página. En el apartado siguiente vamos a preguntarnos si el punto preciso en el que se produce una fijación está determinado sólo por consideraciones generales de separación o por rasgos más específicos del texto que se está leyendo.

(Robert G. Crowder: Psicología de la lectura: tabla de contenidos, Alianza 1982/85)

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otros artículos: John Sloboda: La lectura: un estudio de caso de habilidades cognitivas

bibliografía